Yoga y bienestar

Septiembre y el verano tardío

Este mes es una etapa de transición entre el verano, con sus elementos característicos (playa, sol, ausencia de horarios, relax y días largos), y el inicio del otoño, marcado por la vuelta a la rutina, especialmente con el regreso al cole. Adaptarnos a esta nueva normalidad nos cuesta, ya que implica un cambio en nuestro ritmo de vida.

En la Medicina Tradicional China, este período se conoce como la «quinta estación», correspondiente al verano tardío. Los días aún son cálidos, aunque cada vez más cortos y frescos. Si observas el campo durante un paseo, verás cómo las hojas secas comienzan a caer al suelo; la naturaleza se va preparando para el otoño. Nada sucede de manera abrupta: todo es parte de un proceso lento y continuo, en el que una estación se va fusionando con la siguiente. Después de la energía expansiva y vibrante del verano, el otoño trae consigo un ambiente de condensación, recogimiento, enfriamiento y es un tiempo de recolección, introspección y organización para el invierno que lentamente se va acercando.

Siguiendo con la Medicina China, cada estación está regida por ciertos órganos y vísceras. En este caso, el verano tardío está vinculado con el bazo, el páncreas y el estómago, órganos responsables de la digestión, la transformación de los alimentos en energía y la distribución de los nutrientes por todo el cuerpo.

Este mes, en clase, nos enfocaremos especialmente en trabajar estos órganos a través de asanas que los beneficien, poniendo énfasis en inclinaciones laterales, flexiones y torsiones. Cada postura nos permite influir directamente en los órganos internos, favoreciendo su buen funcionamiento. Durante septiembre, nos centraremos en el bazo, el páncreas y el estómago, utilizando nuestros movimientos para promover su equilibrio y bienestar.

Algunas de las asanas que practicaremos serán Parighasana, Anjaneyasana y Parivrtta Supta Padangusthasana, entre otras.

También pondremos especial atención al diafragma y su papel en la respiración, buscando flexibilizarlo y movilizarlo para mejorar nuestra respiración, lo cual es fundamental para una mejor práctica de yoga.

Otro punto clave será prestar atención a los pies y su conexión con el suelo. Observaremos cómo pisamos, cómo distribuimos el peso en la planta del pie y cómo esta conciencia influye en las piernas y en la cadera. Mejorando nuestros apoyos en el suelo para influir positivamente en nuestra postura; aprendiendo a enraizarnos en el suelo para alargarnos.

Si esto te resulta interesante y quieres venir a clase y experimentar lo que te cuento ponte en contacto conmigo y reservamos una cita.


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