
Se acabaron las clases y llega el momento de hacer balance de lo aprendido durante este curso.
Como cada año, propuse un plan anual con el que seguir una estrategia de trabajo. Este año lo titulé:
«Enraízate y alárgate hacia lo etéreo, en sintonía con la naturaleza y sus estaciones.»
Siguiendo esta guía, comenzamos en septiembre acondicionando el cuerpo y “desoxidándonos” después del verano. Trabajamos el diafragma y la respiración consciente. También estimulamos el sistema inmune y los meridianos de Estómago y Bazo.
En octubre, con la llegada del otoño, continuamos reforzando el sistema inmunológico de cara al invierno y comenzamos a trabajar los meridianos de Pulmón e Intestino Grueso, asociados a esta estación.
En noviembre ya sentíamos el cuerpo más ágil y flexible, y comenzamos una aproximación hacia la dimensión más energética o etérea de la práctica, centrándonos en los chakras. Los chakras son centros energéticos ubicados en el cuerpo que, cuando están bloqueados, impiden el correcto flujo de la energía (prana). Durante noviembre y diciembre trabajamos con los chakras inferiores, relacionados con la supervivencia y el enraizamiento.
En diciembre, además, planteamos la cadera como el centro del asana, desde donde se proyectan las fuerzas: hacia abajo, a través de las piernas, y hacia arriba, en el tren superior.
Comenzamos el 2025 en enero con un detox para desintoxicarnos tras los excesos de las fiestas, y centramos la práctica en la estimulación de los meridianos asociados al invierno: Riñón y Vejiga.
En febrero fue el turno del plexo solar, enfocando la práctica en las aperturas de pecho.
En marzo, con la primavera, trabajamos los meridianos de Hígado y Vesícula Biliar, así como el chakra Anahata, ubicado en la zona del corazón. Continuamos con el trabajo de apertura de pecho y añadimos los brazos a esa dinámica.
Durante abril, mantuvimos el enfoque y dirigimos la atención hacia la zona del cuello y la garganta, donde se ubica el chakra 5, Vishuddha.
En mayo trabajamos la zona del entrecejo, sede del centro energético Ajna. Realizamos posturas donde el enfoque de la mirada (drishti) era esencial, ejercicios oculares para estimular esa área y también inclinaciones laterales que activaban los meridianos de Hígado y Vesícula Biliar.
Con la llegada de junio, nos enfocamos en el séptimo chakra, Sahasrara, ubicado en la coronilla. Realizamos asanas que estimulaban este punto y también aquellas que trabajaban los meridianos de Corazón e Intestino Delgado, asociados en la medicina china con el verano.
Este año también avanzamos en la práctica respiratoria: hicimos las respiraciones más largas y conscientes, prestando atención a las sensaciones del cuerpo durante y después de cada sesión. Aprendimos asanas nuevas y perfeccionamos muchas de las que ya conocíamos del curso anterior, tanto en el plano físico como en el respiratorio.
Con julio llegan las vacaciones, los días largos y calurosos que invitan a desconectar de las rutinas, dejar a un lado las obligaciones y disfrutar del tiempo al aire libre sin prisas. Todo esto también es salud: parar, recargar energías, disfrutar del sol que nos aporta vitamina D, tan beneficiosa para nuestro bienestar, y relajar el sistema nervioso.
Aun así, no debemos descuidarnos. Podemos seguir cuidando de nuestro cuerpo con pequeños gestos, como mantener una alimentación saludable con frutas y verduras de temporada —tomates, melones, melocotones, nectarinas, etc.— y aprovechar las salidas para caminar y disfrutar de la naturaleza, que también ayuda a equilibrarnos.
En resumen, el balance del curso 2024-2025 ha sido muy, muy positivo.
Gracias por este año tan enriquecedor, que no habría sido posible sin vuestra implicación. Gracias a vosotras y vosotros, que formáis parte de estas clases, por vuestra comprensión, dedicación y apoyo.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.
Namaste
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